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tiburon18k
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"Hicimos lo que pudimos", dice Hallú
El rector defendió su legitimidad
Expeditivo, con la urgencia que impone la crisis, en sus primeras horas como rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Rubén Hallú se reunió con los decanos, pidió informes de cada área a los nuevos secretarios y definió su tarea inicial: asegurar el pago de salarios y aguinaldos al personal.
Mientras trasladaba sus libros y el contenido de su computadora al austero despacho de Viamonte al 400 –cuya ubicación contrasta con el amplio ventanal abierto al verde que tuvo en los últimos cinco años como decano de la Facultad de Veterinaria–, Hallú volvió a mostrarse firme frente a la FUBA: “No voy a soportar imposiciones, lo que no significa que no vaya a dialogar con ellos”, señaló.
El rector dijo que no teme que se cuestione la legitimidad del modo en que fue elegido anteayer, de manera apresurada y desprolija, en una tumultuosa sesión en el Congreso que se desarrolló en medio de violentos incidentes. "Hicimos lo mejor que pudimos en la forma en que nos dejaron hacerlo", resumió al recibir ayer a LA NACION.
Anteayer, tras ser elegido, Hallú pidió ayuda a los decanos para concretar su idea de armar grupos de trabajo -que incluyan graduados, estudiantes y gremios- para los temas que quiere priorizar. Entre ellos, el CBC, los docentes ad honórem, la infraestructura y el mantenimiento de los edificios, y en particular la situación del Hospital de Clínicas. En ese punto, aspira a que la UBA se ponga al frente de su normalización.
"La UBA tiene la responsabilidad de tomar ese tema en sus manos y resolverlo. Vamos a armar una comisión y quiero tener contacto con el gobierno de la ciudad y el Ministerio de Salud de la Nación. No se puede desconocer que el Clínicas presta un servicio más allá de la UBA, a la comunidad del Gran Buenos Aires y del interior", afirmó.
Hallú reconoce que el auxilio del Gobierno fue determinante para dar el paso de elegir rector, pero asegura ser consciente de que la crisis está lejos de haber terminado. "Ahora nos encontramos frente a una escalera con muchos peldaños y hay que empezar a subirla", sintetizó.
-¿Teme que alguien cuestione la legitimidad del modo en que usted fue elegido?
-No. Más con el acta que refrenda el voto escrito de 170 asambleístas, con 15 abstenciones y dos negativos. Las circunstancias impedían tardar media hora en un recuento.
-¿Pensaba que algo así podía suceder?
-No, yo me imaginaba que la FUBA iba a intentar trabar la sesión, pero como en cualquier cuerpo colegiado, con discursos prolongados, propuestas, votaciones nominales. Nunca pensé que iban a tratar de impedirlo con agresiones. Pensé que dentro del Congreso, una vez constituida la sesión, iba a ser una lucha política.
-¿La decisión de votar de ese modo se tomó allí?
-Sí. Desgraciadamente hicimos lo mejor que pudimos en la forma en que nos dejaron hacerlo.
-¿Qué sensación le queda de haber sido elegido de esa manera?
-Me hubiese gustado que fuera una asamblea como debe ser, como fueron durante mucho tiempo. Entré en el Consejo Superior como graduado en 1989 y recuerdo que había sesiones con debate sustancioso, con discursos fundamentados.
-¿Como piensa tratar con la FUBA como rector?
-Los voy a llamar. Pero yo no voy a soportar imposiciones, lo que no quiere decir que no vaya a dialogar. Ellos tienen que entender que en democracia los organismos funcionan de cierta manera. No se respetan las leyes que a mí me parecen buenas solamente, y si no me parecen buenas hay métodos para cambiarlas.
-¿No hay algo en la UBA que favoreció esta crisis?
-Sí, creo que este conflicto fue multifactorial. La FUBA no cayó del cielo. En esta elección se habían formado diferentes grupos, había equilibrio, no se definía y la FUBA aprovechó. En un momento, perdió su rumbo, quizás entusiasmados porque lograban que no se sesionara. Pero no sé si ellos están realmente contentos con lo que pasó, me parece que siguieron adelante y se convirtió en algo insostenible. Hay un enfrentamiento de estos sectores con el Gobierno, y esto repercute aquí adentro. Creo que usan a la universidad para el enfrentamiento con el gobierno nacional.
-¿Qué tan importante fue la intervención del Gobierno?
-Creo que si no hubiéramos tenido el Congreso tendríamos que haber evaluado la posibilidad de sesionar en otra parte. Se podría haber hecho.
-¿Cree que si el operativo policial se hubiera hecho antes se habría podido concretar la asamblea?
-Con pedir la policía no se hubiera podido hacer tampoco. La UBA no tiene capacidad para organizar un operativo como el que se armó. En una democracia hay que usar los elementos que uno tiene disponibles, como la polícía, la Justicia, el Poder Legislativo.
-¿Qué relación le gustaría que la UBA tenga con el Gobierno?
-La UBA tiene que tener una relación con el Gobierno. No hay que confundir autonomía con autismo. La universidad la paga todo el país, la paga gente que nunca va a venir acá ni va a saber dónde queda. Lo menos que podemos hacer es trabajar en algo por esa gente. Algo tenemos que hacer para que la población sienta que algo le vuelve. No es que el Gobierno imponga, pero tenemos que tener un diálogo.
-¿Qué tan terminada cree que está la crisis?
-La crisis no se terminó ayer. Ahora nos encontramos frente a una escalera que tiene un montón de peldaños y hay que empezar a subirla.
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