El 29 de noviembre se cumplen 39 años del secuestro y posterior asesinato de quién fuera en ese entonces Secretario Gremial del Centro de Estudiantes de Ingeniería, Daniel Winer. El 29 de noviembre de 1974, Winer, estudiante de Ingeniería Química, fue secuestrado de la facultad por bandas que respondían a lo que por aquel entonces eran las tristemente célebres “Triple A”, bandas parapoliciales utilizadas para masacrar a militantes populares. Dichas bandas serían un preludio del terrorismo de estado que le esperaría al pueblo argentino luego del golpe del 24 de marzo de 1976.
La lucha por los derechos humanos no sólo implica la lucha por los sucesos que acontecieron en la última dictadura militar como algunos nos quieren hacer pensar.
Sin dudas conquistas como la anulación de las leyes de impunidad, las mega-causas contra los represores y colaboradores, y la recuperación de los centros clandestinos de detención convertidos en espacios para la memoria, impulsadas por un amplio espectro del campo popular, son un avance para nuestra sociedad.
Estos avances se debilitan con la desaparición de Julio López y Luciano Arruga, con los casos de gatillo fácil, como el de Walter Bulacio, Kiki Lezcano, con muertes en manifestaciones sociales, como las de Carlos Fuentealba y Roberto López, y con cientos de pibes y pibas que mueren en los barrios de nuestro país a causa de la violencia policial encubierta por las instituciones del estado y la justicia. Las policías permanecen con cúpulas que cambian cien veces pero nunca modifican sus accionares. En la ciudad de Buenos Aires se creó la policía Metropolitana, que parece estar entrenada para la represión más que para garantizar la seguridad del pueblo.
En la otra vereda las organizaciones populares no bajan sus banderas y continúan luchando por los derechos humanos de ayer y hoy. La condena a los autores materiales e intelectuales del asesinato de Mariano Ferreyra y que la estación Avellaneda del Ferrocarril Roca sea renombrada como “Estación Maximiliano Kosteki y Darío Santillán” (aunque los autores continúan gozando de impunidad), constituyen demostraciones de lo que la lucha popular puede lograr.
Es así que la memoria no sólo define nuestro pasado y nuestra identidad, sino que es parte activa de nuestra lucha de hoy.
En nuestra facultad hace algunos años las autoridades contrataron un investigador privado para que haga tareas de inteligencia sobre varios estudiantes, informando acerca de sus bienes, familia, actividades, etc. Con el agravante de que estos estudiantes eran en ese momento representantes electos del
CEI, significando en un ataque contra todo el movimiento estudiantil. De ninguna manera la comunidad educativa de la facultad puede dejar pasar por alto este repudiable hecho. Recordemos también que estas autoridades son las únicas que tienen acceso a las imágenes registradas por las cámaras instaladas hace no tanto tiempo, sin un control de los órganos de cogobierno que son los que deberían encargarse de esta tarea. Esta fue una medida efectista que pretendía dar una solución a un problema no discutido por el conjunto de la comunidad académica.
Como secretaría de Derechos Humanos del
CEI adherimos y convocamos al acto organizado por el
CEI y la
AGD que se realizará en la sede de Paseo Colón. Los invitamos a participar para luchar por los derechos humanos de ayer, de hoy y de siempre.